DE LA CUNA A LA CAMA: CUÁNDO Y CÓMO

Pasar de la cuna a la cama a tu aventurer@, junto con decir “adiós” al pañal, posiblemente, sean dos de los primeros retos más importantes a los que te tendrás que enfrentar en el desarrollo de su crianza. Es un momento estelar, pero también muy intenso y que, seguramente, vas a guardar en el cajón de los recuerdos.

Tanto para ti como para tu pequeñ@ aventurer@ es un proceso de aprendizaje y maduración emocional. De pronto, te das cuenta de que tu peque ya no es tan peque y de que sus necesidades están cambiando.

¿Cuándo tiene que producirse el cambio?

Cada bebé es un mundo y, por eso, no hay un momento exacto. Muchas mamis y papis suelen tomar la decisión de pasar a su hij@ de la cuna a la cama cuando tiene entre 18 y 20 meses.

En tu caso, puede que te animes a hacer el cambio antes o después porque tu niñ@ ya no entra bien en la cuna y duerme encojidit@, o quizá sea porque está en camino un hermanito o una hermanita y necesitas la cuna. De cualquier manera, no tengas prisa por pasar a la siguiente “fase”.

¿Cómo estimular el proceso?

No cabe duda de que los niños entienden mejor las cosas a través de los juegos. Si vuestro baby tiene entre 12 y 18 meses es posible que te imite o repita acciones de la vida cotidiana como comer con una cucharita o sentarse en una sillita. En este sentido, te proponemos que saques tu lado más teatral y juegues con él a dormir, emitiendo sonidos como SHHH, cerrando los ojitos y realizando otros movimientos característicos del sueño. También puedes hacer lo mismo con sus muñecos, metiéndoles en la camita, arropándoles y cantándoles una nana.

Otra forma de impulsar el cambio puede ser a través del diálogo. Trata de hablar con tu peque, explicándole que ya es un niño o una niña mayor y que l@s niñ@s mayores duermen en la cama. Un consejito para cuando habléis: agáchate para estar a su altura, este sencillo gesto le dará confianza.

Una vez iniciado el proceso, es recomendable generar una rutina idéntica cada noche. Comienza con la cena, la hora del baño y el cambio de pañal. Por último, acompaña a tu bebé a la cama y ayúdale con mimo a meterse en ella, siempre acompañado de sus peluches preferidos y su mantita. Si las primeras noches se resiste, prueba a meterle en la cama a la hora de la siesta para que se vaya familiarizando.

¿Qué hacer si se despierta?

Si tu peque se pone a llorar en mitad de la noche, acude a él sin encender la luz de la habitación y acuéstate a su lado para que note tu presencia hasta que se vuelva a quedar dormido. A veces, tienen pesadillas y, ni siquiera, llegan a despertarse. No obstante, el hecho de que tú estés ahí le ayudará a relajarse y le dará seguridad.

Si por el contrario es tu hijo el que acude a ti llorando y con pucheritos, no cometas el error de animarle a que se meta en tu cama. Una vez está bien, pero como se acostumbre… ¡no habrá quien le saque! Lo mejor es que le cojas de la manita, le acompañes hasta su habitación y te quedes con él hasta que se quede dormito.

Mamis y papis, ¿estáis preparados para dar el paso? Cada día que pasa veréis como vuestro hij@, poquito a poco, gana confianza y antes de que os deis cuenta estará durmiendo solit@.