POST BLOG 15 07

Dejar el pañal es un paso gigante para nuestros pequeños aventureros y, a veces, no es tan fácil como parece. Depende de tantos factores que no es simple ni conveniente unificar todas las situaciones en una.

Lo que sí es cierto es que existen algunas técnicas que funcionan para ponérselo más fácil y que este proceso “fluya”… en la dirección correcta 😉

Aprender y divertirse.

  • Enséñale cómo es la taza del váter, para qué sirve y qué más hay en el baño. Es muy divertido cuando empiezan a ver su reflejo en el espejo o empiezan a lavarse las manos con nuestra ayuda o con un cajón.
  • Empieza a hablarle del tema de ir al baño y de que pronto, él empezará a hacerlo también. Con naturalidad, sin presiones y como algo que celebrar.
  • Invítale cuando vayas al baño y que vea cómo lo usas, para qué sirve el papel, etc. Somos su mejor ejemplo y le encantará hacer lo que nosotros hacemos.
  • Incluye elementos lúdicos en el aprendizaje o inventa algún cuento, juego, canción… para que sea más divertido.
  • Prepara el cuarto de baño con un orinal o un asiento para él.
  • Ponle ropa fácil de poner y quitar porque cuando avise quizá no le da tiempo a llegar al orinal.
  • Crea rutinas como sentarle en el orinal nada más levantarse o seguir un horario de comidas. También ayuda no alargar los tiempos fuera de casa durante el proceso para que pueda ir acostumbrándose.

Todo esto nos ayudará muchísimo, le hará sentirse a gusto en el baño y tener más confianza en sí mismo para ir dejando el pañal cuando esté preparado. Ganará conciencia de su cuerpo, del uso de los elementos del baño y cuando le veamos capaz podemos invitarle o sugerir que use el orinal, pero no obligarle.

¿Qué deberíamos evitar?

  • Premios y castigos. Al final es algo natural que debe aprender por sí mismo sin condicionarle con elementos externos que puedan confundirle.
  • Las etiquetas y las comparaciones. Cada peque tiene su proceso y no por ello es mejor, ni peor. Cada uno lo hace a su ritmo cuando esté preparado, no es una competición.
  • Hablar del tema delante de otras personas. Al igual que tú, tu pequeño aventurero valora la discreción. Este caso es parecido a las comparaciones y no ayudará a que él lo haga, ni estará más preparado por ello.
  • Empezar este proceso en verano o en un momento de cambio como la vuelta al cole, cambio de escuela o ciudad, la llegada de un nuevo hermanito, etc.

Debemos entender que es un proceso como el de aprender a andar, por ejemplo, y que no ocurrirá de un día para otro. Así que prepara ropa de cambio y pañales Chelino® porque… ¡habrá aventuras!