campamento

Con la llegada del verano siempre se da el quebradero de cabeza de ver cómo encajamos ese puzzle familiar para poder conciliar trabajo con las vacaciones de los niños. Lo de todos los años, vamos. Lo ideal sería poder disfrutar, como lo hicimos la mayor parte de nosotros con nuestra madre, de estos casi dos meses y medio de vacaciones en compañía de ellos, sin tener que trabajar. Pero como eso, hay que decir que afortunadamente, no es posible, pues tenemos que buscar alternativas que puedan satisfacernos a nosotros y a ellos a la vez.

Cuando son pequeñitos aún o continúan en la guardería, ya que la mayor parte de ellas permanecen abiertas todo el año, o si no con las cuidadoras que algunas familias tienen contratadas durante todo el año y, en el mejor de los casos para ellos, con los abuelitos, que aunque muchas veces abusamos de ellos, qué duda cabe que es con quienes mejor pueden estar. Si ya van siendo mayores, con una edad a partir de los 7 añitos, aunque depende un poco de cada niño, tenemos mas opciones, pero la más atractiva para ellos son siempre los campamentos. En la actualidad hay cientos de empresas que se dedican a organizarlos y la temática es muy diferente. Los hay desde los campamentos de idiomas, en pueblos de España en los que solamente se habla en el idioma seleccionado, y los de multiaventura, que normalmente son los que más les atraen a ellos.

Para nosotras supone un gran paso poder dejarles que duerman solitos ya, sin mamá y papá. Nos cuesta un poco desprendernos de ellos, aunque sabemos que se lo van a pasar super bien y que para su autonomía e independencia va a ser estupendo, pero los primeros días siempre son un poco difíciles.

Lo mejor para ellos, si se trata de la primera vez, es que vayan acompañados por algún amiguito habitual, ya que, dependiendo de la forma de ser del niño, los primeros días él también podría echarnos de menos más de la cuenta. Pero enseguida se hacen con ello. Los niños se adaptan a los cambios muy fácilmente, mejor que los adultos.

De lo que podéis estar bien seguras es de que cuando regresen, nada más bajar del autocar, nos van a preguntar cuándo pueden volver de nuevo. Para ellos es toda una experiencia, inolvidable, que querrán repetir en cuanto sea posible.

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