Hay muchas madres que nos escriben preocupadas porque sus bebés aún teniendo edad de empezar a hablar o por lo menos balbucear algunas palabras, no lo hacen. Sin embargo, nosotras siempre intentamos tranquilizaros porque en realidad es un “miedo” que tenemos todas, igual de comprensible que de común. Para empezar, no debemos obsesionarnos con este tema ni ser impacientes. Nuestro hijos comenzarán a hablar cuando menos lo esperemos (se estima que sobre los 18 meses) .
Cando lo hagan, cuando empiecen a llamara a los cosas por su nombre, tampoco podemos inquietarnos e impedirles que desarrollen su lenguaje. Un error muy común que tenemos es que tendemos a acabar las palabras antes de que las diga el niño o incluso hacemos las cosas antes de que ellos nos las pidan. En ese sentido, es bueno que tengamos paciencia, si nuestro pequeño quiere que le demos agua y empieza a señalar el biberón, no le demos el agua directamente, sino que esperemos a que de su boca salga la palabra agua. Igualmente con el resto de palabras más comunes que son las primeras que empiezan a decir normalmente: mamá, papá…
No debemos olvidar que nuestros pequeños imitan todo lo que ven por lo que debemos tener muy presente que también imitarán nuestra forma de hablar. Si hablamos muy rápido, no dejamos tiempo para que los demás contesten nuestras preguntas y no sabemos distinguir las pausas en las conversaciones, nuestro hijo tampoco sabrá. Él imita hábitos que ve en casa, por lo que, debemos evitar contestar preguntas por él. Si le están preguntando qué tal se ha portado en el cole, pues lo mejor es que conteste él y que no nos adelantemos. Igualmente el tema de valorar sus logros de forma muy positiva, y que él lo vea, es muy recomendables. A los niños (en realidad, igual que a los mayores) siempre les encanta que les digan lo bien que hacen las cosas. Del mismo modo, si por lo contrario lo dicen mal, no debemos corregirles directamente sino que hay que indicarles de forma suave que lo han dicho mal, para que asimilen que se han equivocado, pero que aprendan la forma correcta de decir esa palabra a su ritmo.
Cantar, bailar, jugar con ellos… en definitiva que desarrollen su psicomotricidad, ayudará a que desarrollen también su lenguaje. Las canciones para niños pequeños, llenas de repeticiones que acompañadas por la música hacen que sean mucho más pegadizas, son perfectas para desarrollar todas estas labores al mismo tiempo: el niño se divierte, está jugando y al mismo tiempo está desarrollando su lenguaje.
¡Es un proceso muy bonito de la vida de nuestro pequeño, así que, mejor disfrutar de él y no estar agobiadas esperando que acabe!
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