<la magia que nos rodea copia

Todas nosotras crecimos rodeadas de magia. Seres de luz que nos acompañaban en esa ambigua realidad en la que lo tangible y la fantasía parecen casi lo mismo. Sueño, juegos, leyendas… alimentaban nuestra imaginación y nos permitieron crecer y convertirnos en lo que somos ahora. Sin embargo, a menudo muchas de nosotras nos preguntamos si es conveniente transmitir esas fantasías a nuestros nenes, o si, por el contrario, crecerán mejor y más fuertes emocionalmente hablando si desde el primer momento apelamos a la pura realidad.

Nuestros nenes, benditos sean, poseen esa mirada ingenua y novísima, para la que todo es auténtico y perfecto. Todo lo que les contamos es incuestionablemente verdad, sea el nombre de los colores, sea la existencia de un ratoncito que les cambia los dientes caídos por monedas o dulces. Al mismo tiempo poseen una insaciable curiosidad y ansia por escuchar relatos: es su manera de asomarse a un mundo que desconocen y de asimilar lecciones de vida que de otra manera tardarían mucho en aprender.

Poco a poco irán perdiendo esa primera credulidad, lo que a su vez les proporcionará valiosas lecciones. Saber separar fantasía de realidad es un paso importante en el proceso de maduración, pero que conserven algo de esa primigenia inocencia puede estar en nuestras manos, si evitamos desde el principio alentar el cinismo en unas criaturitas que naturalmente tienden a la ingenuidad.

Con el tiempo, todas acabamos teniendo tristes pruebas de la realidad del mundo que nos rodea. Sin embargo, aquellas de nosotras que logran preservar algo de aquella niña que, con los ojos brillantes de júbilo, contemplaba el Universo que se abría ante ella como si fuera un juego en el que todas las reglas estaban permitidas, sobre todo aquellas que implicasen magia e imaginación, son, sin duda alguna, las más dichosas. Permitamos que nuestros pequeños mantengan algo de esta dicha y rodeémoslos de la magia que merecen.

¿Qué opinas tú? ¿Permitirías a tus niños creer en seres mágicos o abogas por una enseñanza más realista? ¡Cuéntanos!

 

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