Sois una pareja feliz y enamorada y ahora, además ¡estás embarazada! Naturalmente la alegría os invade, pero al tiempo, ciertas dudas se van despertando. Queréis que todo sea perfecto, pero ¿no pasará factura estos meses de separación forzada? Porque no podremos hacer el amor, ¿verdad? Olvídate de eso: no hay nada más falso. Podréis amaros igual que hasta ahora, sólo teniendo en cuenta un par de puntos.
De entrada, recuerda que vas a experimentar todo tipo de emociones y cambios, de manera que no te preocupes si tu libido se altera. Puedes pasar por etapas en las que no te apetezca lo más mínimo y por el contrario, tendrás momentos en los que estarás más dispuesta que nunca. No hay nada raro en ello: el aumento de los estrógenos puede producirte una gran excitación. Háblalo con tu pareja; con su complicidad todo será mucho más sencillo de lo que crees.
A veces, las parejas de mujeres embarazadas muestran frialdad a la hora de mantener relaciones. Esto puede producirse por el temor a dañaros a ti o a vuestro futuro hijo. Ante la menor duda, acudid a vuestro médico para que os asesore y tranquilice. Que no os dé apuro plantearle todos vuestros interrogantes: está ahí para ayudaros. Sobre todo si se trata de un embarazo de riesgo, o con peculiaridades propias, es mejor llevar una lista de preguntas para que no quede nada en el tintero. ¡Se trata de vosotros!
El resto de circunstancias las iréis viendo con el día a día. Qué postura os resulta más cómoda o placentera dependiendo del momento del embarazo, si la hipersensibilización de los pezones te erotiza o, por el contrario, te produce dolor o molestias, si preferís o no la penetración… la confianza mutua, la complicidad y el convencimiento de estar juntos embarcados en una aventura fascinante serán vuestros mejores aliados.
Ah, y procurad disfrutar al máximo. Los próximos meses van a ser muy diferentes a todo lo que habéis conocido hasta ahora.
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