Los primeros pasos de tu bebé es uno de los grandes hitos que le contarás a todos tus amigos, es normal. Es uno de los acontecimientos más esperados, junto con las primeras palabras. La edad promedio para comenzar a caminar se encuentra entre los 12 y 13 meses, pero existe un rango bastante amplio: algunos empiezan a los 9 meses, mientras que otros a los 18 meses siguen gateando. No todos los niños siguen el mismo ritmo y no pasa nada, son solo estimaciones. No te agobies si te parece que ya debería andar. Al final los niños empiezan a andar por interés propio, por imitación, por querer llegar a lugares más altos y más lejos. ¡Son unos aventureros natos!
Es un proceso natural que ocurrirá de manera orgánica y tu pequeño lo hará cuando esté listo, pero hay algunas formas con las que podemos ayudarle a practicar y animarle para que gane interés y seguridad. Además, con el sistema Accordion Stretch de Chelino el pañal se ajusta perfectamente a la cintura del bebé y se adapta a sus movimientos para que siga descubriendo cómodo y seco.
Ahora empieza lo divertido.
Acompañar a los bebés cuando empiezan a andar es importante y a medida que ganen fuerza en las piernas, estabilidad y confianza ganarán también independencia. Por ello, hay que crear ambientes seguros y tomar algunas precauciones ahora que empiezan a moverse más y a diferentes alturas. Asegúrate de que haya objetos o muebles pesados y estables alrededor para que los utilice como apoyo, pero cuidado con las esquinas y las alfombras. Retira todo con lo que se pueda tropezar y si tu suelo es de madera, mejor que ande sin calcetines para evitar resbalones. Procura cerrar el acceso a puertas, baños, cocina o escaleras, parece que tienen un magnetismo especial ;-), ya sabes que a tu pequeño aventurero lo que le encanta es ¡explorar y descubrir de primera mano el mundo a su alrededor!
Vamos a establecer unas reglas que él podrá entender y así cumplir siempre. Y, sobre todo, no le quites ojo 🤣 tu pequeño aventurero en seguida buscará nuevos y apasionantes retos.
1.- Ten paciencia, es preferible no obligarle.
Deja que juegue y convierte esto también en un juego más. Él solito comenzará a caminar a su tiempo. Estimula su confianza.
2.- ¡Suéltale!
No le sujetes todo el tiempo para que le sea más fácil caminar y así aprenderá a mantener el equilibrio sin ayuda. Siempre atentos, pero dejando que se suelte y descubra por sí mismo.
3.- Si se cae, quítale importancia.
Es normal que, al principio, el peque no coordine bien este set de nuevos movimientos, le falle el equilibrio y se caiga. Es muy probable que se caiga en el culete y no le pase nada porque llevan un airbag secreto incorporado. Su fiel pañal Chelino estará ahí para amortiguar sus primeras caídas. Seguramente tu pequeño se levante como si no hubiera pasado nada, listo para más aventuras.
4.- Primero en casa y descalzo.
Hasta que tenga más confianza lo mejor es practicar descalzos y en casa para que pueda agarrarse mejor al suelo y no haya nada que le incomode. El pie descalzo se amolda mejor al suelo y es más fácil guardar el equilibrio. Cuando ya esté más acostumbrado podemos ir intentándolo con zapatos y después en la calle. ¡Cada día una nueva aventura!
5.- Colócate frente a él para darle seguridad.
Agarra las manos de tu bebé e id caminando juntos cada vez distancias más largas. Poco a poco irá mejorando el equilibrio, ganará confianza y hasta se divertirá. Él lo que quiere es estar contigo. Puedes ir jugando a soltarle la mano derecha, darle las dos y luego soltarle la izquierda. Así hasta que le sueltes las dos y sin darse cuenta estará andando solito.
6.- Juegos y actividades para estimularle.
¿Sabes ese muñeco que se quiere llevar a todos lados? Colócaselo cerca, pero donde no llegue, quizá así le den ganas de caminar y conseguir su juguete. También lo puedes poner a una determinada altura que solo pueda acceder si se pone de pie. Su estímulo también puedes ser tú, llámale cómo si le fuera a dar un abrazo, pero desde lejos. Para mejorar su equilibrio le puedes dar una pelota grande y jugar a llevarla de un lado a otro. Para llevarla su centro de gravedad se ajusta y tiene que adoptar una postura diferente que cuando no lleva nada.
Al final, aprenderá por sí mismo a través de ensayo y error, pero sabrá que siempre estarás ahí para acompañarle, ayudarle y animarle desde sus pequeños pasos hasta donde quiera llegar.