Ya ha pasado un año. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando supimos que estábamos embarazadas y ahora, sin darnos cuenta, nos vemos organizando su primer cumpleaños.
Las primeras fechas en la vida de nuestros hijos siempre son algo muy especial, sobre todo para nosotros que somos más conscientes: sus primeras navidades, su primer verano, su primer día de colegio… Por eso no queremos que en este primer cumpleaños falte de nada. Pero no por organizarlo a lo grande e invertir mucho dinero va a ser más bonito e inolvidable. Muchas veces las cosas pequeñas y sencillas son las que más perduran en el tiempo.
Hay que tener en cuenta que para entonces nuestro hijo no comerá aún de todo. No todos los productos habituales en un cumpleaños se ajustan a sus necesidades. Por lo tanto, si estamos pensando en cómo agradarle, deberíamos tener en cuenta en qué etapa de su alimentación nos encontramos. Los frutos secos no son recomendables hasta un mínimo de edad de dos años. Ya sé que les encantan, pero pueden ser muy peligrosos para los niños pequeños. Otra cosa a tener en cuenta son las tartas. En primer lugar, muchos niños aún no las han probado o no les gusta su sabor, y no todas las tartas son asequibles para un niño de doce meses de edad. Algo importante a tener en cuenta son los frutos rojos. Éstos son bastantes alérgenos y no es conveniente introducirlos en la alimentación de los más pequeños hasta que el pediatra nos lo indique, que suele ser en torno a los dieciocho meses. Por tanto, tiene que tratarse de una tarta muy sencilla, sin ningún aditivo sofisticado, para que así pueda probarla sin ningún problema.
En esta ocasión, y durante unos cuantos años, seremos nosotros los encargados de los invitados, ya que nuestro querido hijo de momento no tiene capacidad de decisión. Y con un año solo la familia es la que tiene que estar presente, sin lugar a dudas, en primera fila. No puede haber nadie más importante en este día para nosotros y para el o la homenajeada.
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