¿Qué puede oír un recién nacido?

El oído es el sentido que antes desarrollan los bebés. Son capaces de distinguir la voz de su mami incluso desde el segundo trimestre de gestación y, al poco tiempo de nacer, ya se giran hacia el lugar del que proceden los ruidos. Pero, como todas las habilidades de los recién nacidos, el sentido del oído se irá fortaleciendo a medida que pasan los días.

Muchos papis, sobre todo los primerizos, se preguntan ¿qué puede oír un recién nacido?

Los peques recién nacidos oyen los sonidos altos y responde ante ellos de diferentes maneras: sobresaltándose, llorando, cerrando los ojos, conteniendo la respiración o, si les gusta lo que escuchan, agitando los brazos. Sin embargo, no escuchan los sonidos de baja intensidad que se producen a su alrededor, ya que tienen un umbral de audición más alto que el de los adultos (unos 40 o 50 decibelios más). Por eso cuando duerme es raro que un ruido, a menos que sea muy intenso, les despierte. 

Además tienen preferencia por los sonidos agudos. Este es el motivo por el que los papis habitualmente les hablamos en un tono agudo, con voz de falsete.

También tiene predilección por la voz de su mami. La reconocen porque la llevan escuchando desde el periodo neonatal. Su sonido les calma y les hace sentir seguros. Tardarán algo más en reconocer la voz de su papi.

Los peques de cuatro meses ya se muestran más activos y pueden mover un poquito más su cabecita. Cuando escuchan algo que les interesa, intentan buscar con la mirada de donde viene el sonido y mueven sus bracitos y piernas, demostrando que les gusta lo que oyen.

A los cinco o seis meses los peques sienten interés por varios sonidos e intentan hacerlos por ellos solo. Comienzan a imitar sonidos que escuchan, pueden ser emitidos por sus papis u otros  adultos o, también, de cosas que les llaman la atención. Estamos en la fase del balbuceo.

En el segundo semestre ya buscan la procedencia de los sonidos lateralmente y hacia abajo y empiezan a entender palabras sencillas, como por ejemplo “mamá” y “tata”.

A partir de los 12 meses, también buscan sonidos hacia arriba. Para ello giran su cabecita o cuerpo, en la medida de lo posible, para encontrar de donde viene el ruido que les gusta.

Debemos de tener en cuenta que cada bebé tiene un proceso de desarrollo y aprendizaje propio, que puede ser diferente al de otro peque de su misma edad. Por tanto estas etapas no son fijas y simplemente deben servirnos de orientación. 

No debemos olvidarnos de que la capacidad de oír es un requisito muy importante para el desarrollo de los peques. Mediante el sentido del oído aprenden a reconocer voces, imitar sonidos y a desarrollar el lenguaje. También sirve para orientarse y oír avisos de peligro. Esto significa que la audición no solo es uno de los sentidos del ser humano, sino que también contribuye al desarrollo de la mente y de la personalidad.

Por este motivo es muy importante detectar cuanto antes cualquier pérdida auditiva. Ante el menor síntoma, o sospecha, se debe de consultar con el pediatra. Él realizará las pruebas pertinentes para descartar un problema auditivo.