pequeños deportistas

Haber sido mamá te modifica la vida, qué duda cabe, pero no tiene por qué cambiarla radicalmente. Así, si siempre has sido una mujer activa y deportista, no te entristezcas. ¿Por qué no le haces partícipe a tu bebé de tu pasión por el ejercicio? Hay muchísimas actividades que podemos compartir con nuestros pequeñines adaptándonos a sus circunstancias y necesidades.

En cuanto tenga unos mesecitos, puedes llevar a tu bebé contigo en la bicicleta: sólo necesitarás un asiento o remolque especial, según su tamaño, ¡y lanzarte a camino! El aire, la velocidad y el paisaje son elementos sumamente estimulantes que harán que ese rato contigo se convierta en uno de sus favoritos.

Existen muchísimos cursos de matronatación, para mamás con niños desde cinco meses, que es cuando ya controlan la cabecita. Al contrario que los niños grandes, que suelen asustarse, los bebés disfrutan sin miedo del agua, aprendiendo enseguida a nadar casi de forma innata. Es no sólo una forma de divertiros juntos, sino también de prepararlo para que el día de mañana sea un gran nadador.

Un simple paseo por el campo puede ser una forma maravillosa de retomar el contacto con el ejercicio y, de paso, hacer que tu bebé respire aire puro y vea cosas nuevas. Utiliza una mochila o un fular portabebés. Si ya es demasiado grandecito como para eso, busca rutas accesibles para cochecitos: seguro que hay muchísimas en tu localidad.

Por último, si lo tuyo es correr, recuerda que existen carritos especialmente diseñados para la práctica del running, permitiéndote llevarlo contigo en tus carreras por la pista, el parque o el camino que elijas. Tan sólo has de procurar mantener tu postura correcta para no coger algún vicio postural cuando lo manejes.

Ser mamá es una aventura maravillosa que te transformará en otra persona. Pero esto no te ha de impedir continuar con todo aquello de lo que disfrutabas tanto antes del embarazo: ¡simplemente has de recordar que ahora tienes un nuevo compañerito para tus aventuras!

Imagen| Bigstockphoto