Afrontar el verano estando embarazada puede ser muy divertido y entretenido si sabemos bien cómo hacerlo. Dentro de las múltiples actividades que hay a nuestra disposición, siempre estará la del ejercicio y si es en un medio con agua, como la piscina, pues mucho mejor para refrescarnos e ir entrando en contacto con más mamás en nuestra situación. Es importante, ante todo, estar seguras de que no nos enfrentamos a un embarazo de riesgo. Si esto fuera así, deberíamos consultar con nuestro médico las actividades que podemos y no podemos realizar, entre las que el ejercicio físico seguramente estaría muy limitado.
No obstante, hay que tener en cuenta que la natación es un deporte de muy poquito riesgo, por lo que podríamos empezar a practicarlos desde las primeras semanas de embarazo siempre y cuando sigamos unas pautas muy sencillas pero imprescindibles que nos asegurarán un ejercicio seguro y saludable para nuestro pequeño. Entre estas pautas cabe destacar que no debemos obligarnos en ningún momento y en cuanto notemos cualquier síntoma de fatiga debemos parar el ejercicio. Además de protegernos del sol, cuando la piscina sea al aire libre, es muy importante estar siempre debidamente hidratada así como alimentada. Vamos a invertir energía en estos ejercicios por lo que es conveniente que llevemos el estómago lleno (aunque no excesivamente lleno!).
Además de ir con mucho cuidado a la hora de introducirnos al agua (apoyándonos bien en las barandillas o en las escaleras y evitando en todo momento lanzarnos de imprevisto al agua), también es recomendable realizar unos ejercicios previos de calentamiento. Como en cualquier práctica deportiva, es esencial para evitar tirones, lesiones y otros problemas musculares. No debemos olvidar la importancia de la higiene si después del ejercicio nos aseamos en las duchas de la piscina, siempre es bueno hacerlo con chanclas, es una forma eficaz de evitar infecciones, alergias, posibles resbalones…
Por lo demás, como ya hemos visto en alguna ocasión la piscina puede ser la respuesta perfecta a nuestros calurosos días de verano. Esos en los que la tripita parece que nos pesa un poco más y en los que un buen chapuzón no viene mal ¿Te animas?
Imagen| Bigstockphoto