porteo

Cada vez es más habitual encontrarnos a mamás por la calle caminando con sus bebés pegaditos a ellas en una especie de foulard que va enrollado al cuerpo. Todavía a muchos nos sigue resultando extraño este porteo natural. Estamos acostumbrados a ver a nuestros hijos en los carritos, o en brazos a lo sumo, y esta práctica nos choca aún. Pero lo que no sabemos es lo beneficioso que puede llegar a ser para ellos, y para nosotras también.

Nuestros hijos han pasado nueve meses en nuestro interior, pegados a nosotras, comiendo, durmiendo, riendo, escuchando el sonido de nuestro corazón, y, de repente, llega el momento del parto y esa unión maravillosa se rompe para no volverse a producir de esa forma nunca más. La lactancia materna nos permite disfrutar de esos momentos de unión mutua que es tan maravillosa, pero el resto del día nada. Siempre intentamos no cogerles en exceso, ya que si no se acostumbran a los brazos y luego no hay forma de cambiar esos hábitos. Unos hábitos que no les benefician y que nos mantienen esclavas a nosotras sin poder hacer otra cosa que estar pendientes horas y horas de sus llantos reclamando que les mezamos o simplemente cojamos un ratito.

Una forma fácil y cómoda para solucionar esto es el porteo. El porteo es una técnica que se lleva usando desde hace millones de años. Las madres siempre han intentado no separar a sus bebés de ese contacto tan especial, de esa piel con piel que nos gusta tanto. Pero, con el paso del tiempo, hemos ido tendiendo a hacer todo lo contrario, a separarlos cada vez más de nuestro cuerpo, que en los primeros meses de vida tanto echan de menos.  Con los portabebés que existen en el mercado podemos realizar las tareas comunes de una forma más o menos normal, pudiendo cocinar, caminar, ir a comprar, etc., sin tener que separarnos de ellos ni un segundo.

Un aspecto importante a tener en cuenta es el tipo de portabebé que debemos elegir si finalmente decidimos utilizar esta técnica. Hay algunas posturas que no son recomendables para los bebés recién nacidos y que sin embargo sí lo son para aquellos con unos meses de edad. Por lo tanto, debemos informarnos antes de comprarlo porque no todos son adecuados para lo que estamos buscando.

No hay cosa más bonita en este mundo que nuestros hijos, y el poder disfrutar de su compañía, y del contacto de su piel lo máximo posible. Es un lujo que no podemos ni debemos desaprovechar.

Imagen| Bigstockphoto