El otro día una amiga me comentaba, muy sorprendida, que los últimos análisis que se había hecho confirmaban que tenía colesterol. Y se sentía sorprendida porque no lo esperaba. A veces creer que nos alimentamos bien no es suficiente, hay que ir más allá y conocer qué productos nos beneficiarán o nos ayudarán con la prevención de diferentes padecimientos comunes. Todas nos preocupamos en cuidar nuestros niveles de colesterol y los de las personas que nos importan y para ello no hay porqué alimentarse exclusivamente de productos que afirmen reducir el colesterol en la etiqueta, basta con incluir ciertos alimentos comunes.
Los datos, según la Revista Española de Cardiología, apuntan a que el 46,6% de la población española tiene el colesterol alto y sólo la mitad de ellos lo saben. Por tanto muchas personas, ya sea por desconocimiento o por falta de voluntad, no están tratándose para disminuir los valores de colesterol, que se estima deben ser menores a 200 mg./dl. Para no llegar a esta situación a las mujeres nos recomiendan realizarnos análisis a partir de los 45 años, ya que aquí no hay síntomas.
El colesterol es un esterol imprescindible en el cuerpo humano y por ello distinguimos entre el colesterol bueno y el malo. Es este el que al aumentar los depósitos de grasas en las arterias vitales puede generar con el paso del tiempo diversas complicaciones como enfermedades vasculares o infartos.
Cada vez somos más conscientes de con qué nos alimentamos y eso solo puede ser una ayuda para curarnos en salud. Si necesitamos incorporar a nuestra nevera productos que nos ayuden a disminuir los niveles de colesterol podemos optar por diferentes propuestas como los frutos secos que contienen múltiples beneficiosos por contener fibra y antioxidantes, el aceite de oliva, el pescado azul y los lácteos. Incorporarlos en nuestra dieta diaria es una apuesta por la prevención.
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