¿Cómo ven los recién nacidos?

Los papis sentimos una gran emoción cuando vemos a nuestro bebé recién nacido mirarnos atentamente, con sus ojitos muy abiertos, como queriendo captar todo lo que aparece por primera vez ante sus ojos. Lo primero que pensamos es que nos está observando y conociendo, pero la  realidad es otra ¡los recién nacidos no ven prácticamente nada! . Su agudeza visual es mínima, 0’5 sobre 10, y su campo visual de solo 40 grados, frente a los 180 grados que  tenemos los adultos.

La visión de los bebés se irá desarrollando progresivamente desde el momento del nacimiento. Aunque cuentan con todas las estructuras del ojo que se necesita para poder ver, es necesario que aprendan a utilizarlas.

Una de las preguntas que habitualmente nos hacemos mucho los papis es ¿cómo ven los recién nacidos? 

Su visión se caracteriza por:

  • No distinguen los contornos de forma clara.
  • Ven contrastes de luces y sombras de forma borrosa.
  • No diferencian los colores. Ven en una escala de blanco, negro y grises.
  • Solamente logra enfocar bien aquellos objetos situados a una distancia de entre 20 y 30 centímetros, casualmente, la distancia entre sus ojos y los de la persona que tenga al pequeño acurrucado contra su pecho.

En las primeras semanas de vida, el bebé únicamente distingue lo claro de lo oscuro y  percibe levemente las siluetas. El peque debe de aprender a enfocar mirando a las caras de las personas de su entorno. 

Su visión se irá desarrollando y pasará por distintas etapas.

Durante el primer mes, el bebé todavía no sabe cómo controlar sus ojos e irá aprendiendo a enfocar y a seguir los objetos que se mueven, pero su visión continúa siendo borrosa y sigue sin distinguir los colores.

A los dos o tres meses ya descubre los colores, pero no distingue las tonalidades parecidas. También comienza a seguir objetos en movimiento con sus ojos, aunque lo hace moviendo también la cabeza. En esta etapa las imágenes dejan de ser borrosas a una distancia mayor.

Entre los tres y los cuatro meses el incremento de la agudeza visual le permite discriminar los objetos a partir de fondos con un mínimo contraste (como una mancha en la ropa). Ya es  capaz de diferenciar el rojo, el azul, el amarillo y el verde y de fijarse en los tonos vivos.

Entre los cuatro y los seis meses se produce un hito importante, el peque ya es capaz de seguir el movimiento de sus papis y reconocen sus rasgos ¡ya nos conoce! 

Aproximadamente a los seis meses ya ha aprendido a coordinar sus dos ojos y deja de cruzarlos. Es a partir de esta edad cuando ya reconoce más caras, empieza a tener la percepción de profundidad y busca objetos que se salen de su campo de visión.

En definitiva, la visión de los recién nacidos necesita de un proceso de adaptación y aprendizaje que no concluye hasta el primer año de vida.

Es importante que no olvidéis que cada peque tiene un proceso de desarrollo y aprendizaje propio y que, por tanto, estas etapas no son fijas.